Huele a playa, huele a VERANO!
La felicidad camina por donde tú andas
♥
viernes, 25 de febrero de 2011
Unos zapatos de tacón manchados de barro tirados por el suelo, una camisa y unos pitillos esparcidos por la habitación... y una atmósfera llena de angustia, culpabilidades y mal rollo que ella intentó sofocar a base de alcohol. Echa un ovillo en la cama. Con dolor de cabeza, de pies y de corazón. Sin apenas dormir, pensando en él. Y el tiempo que dormía, soñando con él. Se sentía tan estúpida. Un juguete, una marioneta... Se sentía engañada. De nuevo ese sentimiento. Era demasiado especial, demasiado... todo. Se despertó y al subir la persiana, un bonito día soleado de enero le azotó en la cara. La cabeza le dio un vuelco y sintió ganas de dejarlo todo. Miró el móvil: ningún mensaje, ninguna perdida... nada. Encendió el ordenador y se dirigió a desayunar. Encendió la tele mientras tanto pero no le decía nada. Estaba totalmente vacía y una caja llena de mentiras raras veces le decía algo, hoy menos. Comió con unas míseras ganas y se fue a recogerlo todo. A recoger el desastre de su habitación, ya que no podía recoger el desastre de su vida...
Te echo de menos. Quizás no de manera física, pero extraño tu olor y tu voz. Bueno tampoco vamos a engañarnos, echo de menos que me cojas, me molestes o me hagas reir con cosquillas. En que pienso? en nada. pero no puedo negar que no piense, sobre todo en ti. No puedo negar que no recuerde como me cogías de la cintura hacia ti.
Quizás solo sea temporal, aunque si nos paramos a pensar todo es temporal porque, todo tiene un final.
Odio los finales, de hecho nunca dejo que una canción termine del todo.
Nunca quise que acabara.
Quizás solo sea temporal, aunque si nos paramos a pensar todo es temporal porque, todo tiene un final.
Odio los finales, de hecho nunca dejo que una canción termine del todo.
Nunca quise que acabara.
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